No hay nada más placentero que estar sentado o tumbado en el sofá de casa junto a los gatos que tanta compañía te hacen. Eso sí, ten en cuenta que a lo mininos de vez en cuando les da por rascar. Si bien es cierto que poner a su disposición un rascador reduce dicho comportamiento, no siempre lo hace al cien por cien.
Es por este motivo que tal vez algún día, al sentarte en el sofá, te lleves una desagradable sorpresa. Para evitarlo es imprescindible que el mismo reúna una serie de características, las cuales iremos describiendo en próximas líneas. Si tienes que comprar un sofá y hay gatos en tu casa, asegúrate de que el modelo elegido cumple los siguientes requisitos.
No tienes por qué hacer una gran inversión
Lo primero a valorar es que no estás obligado a desembolsar una estratosférica cantidad de dinero. Suele pensarse que si se tiene un gato, el sofá que resistirá sus arañazos será carísimo, pero nada más lejos de la realidad. Basta simplemente con comprar sofas con precio de fabricante.
Claros ejemplos son los que venden los profesionales de Sofá Fábrica. Los sofás que comercializan son fabricados por ellos mismos, con todo lo positivo que conlleva. Al no haber ningún tipo de intermediario los precios resultan muy atractivos.
Estos son los mejores materiales para el sofá
Cuando hayas localizado una buena empresa en la que depositar tu confianza, llegará el momento de dar comienzo a la búsqueda del sofá para estar en él junto a tus gatos.
Hay que tener en cuenta que por optar por una forma u otra de sofá no conseguirás que dejen de rascar. Y es que es una necesidad biológica de los mininos, queriendo impregnar la tela con su propio sudor para que otros gatos sepan de su presencia e incluso de que esa zona les ‘pertenece’, por así decirlo.
Así pues, déjate llevar por aquella unidad que más satisfaga tus propios gustos: esquinero, chaise-longue, con sistema para mantener elevadas las piernas, etcétera. Eso sí, fíjate bien en el material empleado para su fabricación.
Si bien es cierto que puedes equivocarte en la decisión y colocar a posteriori una funda, la misma no protegerá tan bien como la tela del sofá en sí. Por ende, conviene acertar de lleno en este sentido. Pero, ¿por cuál optar? Fabricantes sin intermediarios como el que hemos mencionado anteriormente ponen a tu disposición una amplia lista de alternativas.
En caso de que quieras que el sofá se mantenga en perfecto estado durante muchos años teniendo gatos, no hay nada mejor que decantarse por aquellas telas que repudian los mininos. Concretamente nos referimos a las que les resultan desagradables cuando pasan las almohadillas y las uñas por ellas.
Una de las más recomendables en este sentido es el cuero, aunque tal vez por motivos económicos prefieras decantarte por una opción que exija un menor desembolso. Entonces una buena idea consiste en comprar un sofá cuya superficie esté recubierta por microfibra, proporcionando un resultado casi tan positivo como el que brinda el cuero.
En los dos casos notarás que los mininos se resisten a rascar el conjunto. De hecho, si lo que quieres es incluso impedirles que se suban al sofá -teniendo para descansar su respectiva camita-, también podrás conseguirlo. Aun así, es importante que te fijes en otra característica de la tela.
Hablamos de la impermeabilidad. Tarde o temprano puede llegar el momento en que alguno de tus gatos, por un motivo u otro, haga sus necesidades encima del sofá. No es ni mucho menos habitual, pero si acaba sucediendo agradecerás enormemente que la tela del sofá se mantenga seca.