Lo que caracteriza la casa de las personas judías es un receptáculo colocado detrás de la puerta, no se puede decir que es decorativo, pero para ellos es algo que no puede faltar, llamado Mezuzá, que en hebreo quiere decir, jamba de la puerta.
Ese receptáculo está adherido en la jamba derecha de los pórticos, adentro lleva arrollado un pergamino con temas de la Torá.
Es una costumbre muy antigua, que proviene del libro Deuteronomio, del Antiguo Testamento.
La Mezuzá, mide de largo cerca de 10 cm, se fija en la base del tercio superior del pórtico de la casa, no se coloca en cualquier posición, sino que debe estar inclinada, como posición conciliadora de las dos posiciones, Rashi dice que debe colocarse en forma vertical y Rabbenu Tam que debiera estar en forma horizontal, por eso se pone en forma inclinada.
Ese rollo de pergamino, tiene escrito dos plegarias, la más solemne Shemá Israel que en hebreo quiere decir (oye oh, Israel), y la otra plegaria Vehayá im Samoa, que quiere decir (En caso que me oyéreis). La escritura realizada en el pergamino, no es realizada por cualquier persona, sino que es escrita por una persona especializada, llamado Sofer Stam, que es el encargado de escribir la Torá a mano.
Se pueden colocar en todas las puertas de la casa menos en el baño y la cocina.
Para el judaísmo, la Mezuzá es uno de los símbolos más característicos, y le recuerda al judío, cada vez que sale o entra a su casa, la existencia de un Dios único.
Según el poder económico es el material con que está confeccionada la Mezuzá, pero lo importante es lo que está escrito.